Pensabas que tu ombligo era el centro del mundo. Y aunque no lo fuera, era el centro de mis noches

He ido a dar un paseo a la playa y ha llovido como si le hubieran roto el corazón al cielo y he comprendido que uno es de donde llora pero siempre querrá ir a donde ríe.

Yo no quería, os lo juro. Pero empecé queriendo que me quisiera follar y terminé queriendo que me quisiera querer.

Te acabarás enamorando de la chica que probablemente no sea la más guapa de la discoteca, del bar, café o biblioteca donde la conozcas. Probablemente no destaque en nada ni sea espectacular. Seguramente sea una chica guapa y divertida con la que se te pase el tiempo volando. Y aún no siendo la chica más guapa ni divertida, te sentirás afortunada de que no lo sea. Porque sin duda, las personas que más llegan son las que no son "lo más" en nada, por simple apreciación subjetiva de cada uno. Porque para que alguien sea lo mejor para otra persona nunca necesitará ser lo mejor en nada.

Pre 15 de mayo

Siempre me gustó resguardarme aquí porque aún sabiendo que la persona a la que fuese dirigido no fuera a leerlo, el consuelo era prácticamente el mismo que si se lo dijera a la cara. Por ende no es de extrañar que el 90% de todo lo que haya escrito esté supeditado a alguien en particular, y por ende a momentos de flaqueza o de fortaleza. Hoy supongo que es uno de los días de flaqueza. Y no es de extrañar, hace exactamente un año estaba a exactamente 24 horas de verte entrar por la puerta de mi piso de estudiantes. Una luz que se acercaba por el pasillo la cual pensaba que era Isaac que volvía a su cuarto. Y sin embargo, ahí estabas tú, con una tarta en las manos y una sonrisa de oreja a oreja, la mejor que vi en todo el año. Poco me importó la felicitación de Rafa e Isaac, nunca en mi vida había tardado tanto tiempo en creerme algo. En creer que de verdad estuvieras allí. La tarta por entonces también era lo de menos a pesar de estar jodidamente buena. Ya no sé si hablo de la tarta o de ti, porque acabaría viéndote con ese corsé azul marino que durante medio año soñé con vértelo puesto. Quizás tampoco me importase el polvo que echamos antes de dormir, también jodidamente bueno. Aún no me creía que estuvieras y el día no había hecho más que comenzar. Un día que sin duda acabó siendo no sólo el mejor cumpleaños de mi vida, sino probablemente uno de los mejores (si no el mejor) días que haya pasado. Y creo que si algo no me cansé nunca de repetirte fue "gracias". Me hiciste que ver que aunque hubiese dejado atrás al que creí el amor de mi vida, una chica por la que nunca dejé de sentir, la vida no se trata de tapar agujeros o sacar clavos. Se trata simplemente de vivir. Aprendí que aunque estuviera contigo no dejaría de pensar en ella, pero no por ello dejar de ser feliz. Porque lo fui, y sólo Dios sabe cuánto. Y ya ha pasado un año de aquello, y no sé si lo que más duele es que el tiempo pase tan rápido o que las cosas cambien tanto.

Cielo e infierno, ángeles y demonios, únicamente arquetipos intercambiables. Cuestión de bien y mal. Para el demonio, el ángel portador de espada y que va en su lucha se le presenta como la imagen del mal. Del mismo modo, el ángel redentor que pretende luchar contra el mismo diablo representa el bien en sí. En última instancia, las cuestiones vitales se presentan de la misma manera.

Como ese inolvidable olor que te recuerda a ella. Por mínimo que sea, por muy enrarecido que estuviera el aire o lo muy resfriado que estuvieras esa mañana. Por insignificante que fuera, era imposible no recordar ese perfume. Que quizás tsmpoco fuera perfume, quizas fuera sólo cómo olía después de echar un polvo, o simplemente esa sensación que entraba en mis pulmones al tener delante su camisón. Toda esa mierda que me recordaba a ella y me hacía sonreír. Aunque en realidad, quizás no fuera feliz por recordarla, sino simplemente por recordar que era feliz.